Tenga extremo cuidado en cuanto a quién le aconseja, porque incluso aquellos que tienen las mejores intenciones pueden hacer que se descarríe si ellos no están andando diariamente con el Salvador.
Aun cuando Dios habla por medio de otras personas, siempre examine el mensaje como al mensajero con todo cuidado, y asegúrese de que todo se alinea con las Escrituras.