Solo andando en luz podemos disfrutar de la comunión con el Señor. Solo así podremos contar con la presencia divina en nuestras vidas, con su gran dirección y consejo ante las luchas que enfrentamos día a día.
Vivir en la luz de Cristo, significa caminar bajo Su luz, sirviendo de ejemplo a todo el mundo e iluminando a los que nos rodean para que la verdad De Dios predomine en todo momento.