El perdón se aprende practicándolo, la bondad también se aprende cuando la ponemos en práctica. Y algún día de tanto practicarlos nos daremos cuenta de que ya son parte de nosotros. Así que te invito a orar pidiéndole a Dios que te muestre las áreas de tu vida espiritual, en las que debes ejercitarte mucho más.
Recordando siempre que el comenzó en ti la buena obra, la terminará.