Una de las más grandes bendiciones es tener un verdadero amigo y poder compartir con él. Y es que la amistad es uno de los regalos más bonitos que Dios nos ha dado, y en su Hijo Jesús encontramos esa seguridad y esa gran confianza al llamarnos amigos. Él siempre está dispuesto a escucharnos y a traer paz a nuestro corazón.
Te invito a compartir este devocional con algún verdadero amigo tuyo y de paso agradécele por su amistad.