La fe y la esperanza van juntas y sus promesas son el apoyo poderoso de nuestra fe. Aprendamos a ver las cosas según Dios quiere que las veamos. Es creer antes de ver, es visualizar el futuro con los ojos de la mente.
Ora confiando en Dios, pensando lo que esperas en tu familia, en tu trabajo y en la obra maravillosa de nuestro Señor Jesús.