La oración fue una parte tremendamente importante en la vida de Jesús y en sus oraciones incluía enfermos, matrimonios, vecinos y muchos otros que le pedían que orará por ellos. La vida de todo creyente puede ser victoriosa, llena de gozo y de mucha satisfacción si oramos al Señor por su dirección y sus bendiciones.
La oración es la llave para la comunión con el Señor, libres de deudas y cargada de mucha confianza en nuestro Salvador.