Cuando sienta que su relación con Dios se está enfriando, es de sabio examinar su corazón. ¿Se ha distraído y ha dejado de buscarle? Como un barco en aguas turbulentas, es fácil alejarse de Dios si uno no está anclado en la verdad de la Palabra. De modo que vuelva a Él abriendo las Escrituras y escuchando su gran voz.
Entonces pase lo que pase, con certeza estarás fuerte, firme e inmovible.