No hay declaración más clara que esta: “Jehová nuestro Dios nos prohíbe por completo que adoremos a otros dioses”. Él es quien nos ampara de todo lo malo y está junto a nosotros siempre.
Por lo tanto, solo Él es digno de adoración, ya que nuestro Dios es todopoderoso, el cual estuvo con nosotros en el pasado, está junto a nosotros en el presente y estará en el futuro sin duda alguna.