Él es nuestro alfarero y nosotros el barro, así que no cuestiones aquello que no entiendas, pues el barro no puede decirle a su creador ¿por qué me has hecho así? La sabiduría de Dios es infinita por lo tanto, no temas pues el Señor está haciendo algo en medio del silencio.
Recuerda que estás siendo procesado en las mejores manos, confía siempre en Él.