Eres parte de la solución en tu casa, en el trabajo y en la calle, o eres de los que enciendes el fuego y de los que tiran la primera piedra. Vivir como el Señor quiere que vivamos es de valientes, pues va en contra de la filosofía de este mundo. La justicia de Dios se basa en el amor y no pagar mal por mal.
Por eso y más es que necesitamos tenerle en nuestro corazón, para ser parte de la solución y no del problema.