¡Espera! ¡Espera! Y que tú espera sea en el Señor. Él es Digno de ser esperado y jamás confundirá el alma que en Él espera. Dios está lleno de fortaleza y por lo tanto puede darla a quien está necesitado de ella. Así que hoy sé valiente, porque el Señor te la concederá y hallarás calma en la tempestad y gozo en la tristeza.
El Señor te dará la fuerza para que sigas adelante.