Pablo conocía el valor de las palabras para formar relaciones y lograr buenos resultados. Él había aprendido a dar ánimo, gracias a la obra de Dios en su corazón, e instaba a los lectores a animarse unos a otros.
Pablo nos muestra que el ánimo es una forma de ayudarnos a experimentar la paciencia y la bondad de Dios.
OREMOS
Señor, que mis palabras en este día, sean más de ánimo, perdón y misericordia. Amén.