David anhelaba conocer la voluntad de Dios para su vida y en gran parte, el Señor se la revelo a medida que David persistentemente meditaba delante de Él.
De igual manera, la meditación debe ser una prioridad diaria para todo los creyentes, así que dedique un tiempo para meditar en Dios y su Palabra, y Él con toda certeza le mostrará que debe hacer.