HEBREOS 13:8
Imagina que eres un niño y tu papá, el mejor ortopeda del mundo. Un día te doblas el tobillo y es ahí donde la ansiedad entra en acción y preguntas ¿volveré a caminar? A lo que tu papá responde, sí, claro, pero no estás del todo convencido, pues el dolor te dice lo contrario. Al día siguiente, tu papá te lleva a su oficina y te das cuenta de lo bueno y famoso que es, y comprendes que de verdad puede sanarte de tu tobillo torcido. Nuestros mayores momentos de ansiedad son tobillos hinchados para Dios. Y hay mucha gente que vive con ansiedad innecesaria por cojeras temporales.
La próxima vez que la ansiedad toque a tu puerta, recuerda quién es tu Padre, y alégrate por lo que ha hecho y seguirá haciendo en tu vida.
OREMOS
Padre, dame la fuerza para seguir con fe, recordando que siempre cuidas de mí. Amén.
FRASE
Confía nuestro Dios es soberano.