FILIPENSES 4:6
La ansiedad es una inquietud continua, no es mortal, pero da la sensación de muerte. Palpitaciones, sudoración, dolores físicos, temblores, inquietud, preocupación, excesiva y desproporcionada son algunos de los síntomas. Cualquiera pensaría que los cristianos estamos exentos de la ansiedad, pues se nos ha enseñado que la vida cristiana es una vida de paz y quietud, pero no es así. Y es por esta razón que el apóstol Pablo nos dice: “No se inquieten por nada…” Es decir, no es que no podamos inquietarnos o sentirnos angustiados, sino que no permitamos que nada en esta vida nos dejes sin aliento y en angustia perpetua.
En los siguientes días le compartiré la receta que Pablo utiliza para enfrentar la ansiedad.
OREMOS
Señor, no me es fácil, pero quiero depositar mi ansiedad sobre Ti, y vivir confiando en tus promesas y cuidado. Amén.
FRASE
Dios es más grande que tu ansiedad.