Sentir nunca te dará seguridad, porque está basado en una emoción y una emoción no es lo mismo que saber. Por lo tanto, sentirse amado puede ser peligroso, pero saber que soy amado, da confianza y fuerza. No amamos para que nos amen, amamos porque es nuestra naturaleza, al ser aceptados y aprobados por Dios.
Cuando cambies no lo hagas para que otros se sientan bien, hazlo porque es parte del propósito de Dios para contigo.
OREMOS
Padre, gracias por amarme tal y como soy, pero también por cambiar mi vida para algo mejor. Amén.