Todos hemos pasado por momentos en los que la desesperación nos impulsa a desconfiar aún de Dios. Momentos en donde nuestra mente nos quiere hacer pensar que Él simplemente no nos va a responder.
Pero, mantén tu fe, no desmayes, no dudes, ni juzgues antes de tiempo, y en su lugar, mejor sé valiente, cree, confía, y si la respuesta aún no ha llegado es porque Dios está trabajando.
OREMOS
Señor, dame la fuerza para seguir esperando en Ti, aunque aún no vea nada Amén.