Recuerda que el enemigo desea distraerte, ofreciéndote algún placer o diversión temporal. Pero, ¡no lo hagas! No trafiques el destino que Dios te ha dado por alguna gratificación momentánea, sé fuerte y resiste. Tu bendición y tu herencia son más importantes que cualquier otra cosa.
Así que no te conformes con poco y lucha por lo que Dios tiene para ti.
OREMOS
Señor, perdóname por las veces en que te he fallado, ayúdame a seguir firme en tus promesas. Amén.