La esperanza de los cristianos parte de una realidad histórica, la tumba vacía y el Señor resucitado. Con esto, la muerte ya fue vencida, por tal razón no tenemos por qué aferrarnos a la desesperación terrenal, sino que podemos disfrutar con alegría de las cosas de la vida.
Te invito para que hoy y siempre puedas anclarte a la esperanza que hay en Cristo.