El profeta Jeremías anhela que aprendamos a depender del Dios verdadero y vivo, y así ser como aquel árbol plantando junto a aguas. Debemos comprender que nuestro Padre es el labrador, y que podemos confiar en Él siempre.
Así que obedezcámoslo de todo corazón y así daremos fruto bueno y verdadero.
OREMOS
Señor, ayúdame a seguirte en tiempos de sequía y de abundancia, y dar buen fruto siempre. Amén.