El salmo 131 es una oración bíblica que puede ayudarnos a volvernos “como niños” y dejar de luchar mentalmente contra lo que no entendemos. Por eso, al pasar tiempo con el Señor, recuperamos la paz y la esperanza que necesitamos en su amor.
Tan arrullados y tranquilos, como si volviéramos a ser niños en brazos de nuestra mamá.