Así como David, usted y yo podemos clamar a Dios cuando nos sentimos solos, expresando nuestros sentimientos en la seguridad de su amor. El Señor nunca minimiza nuestra soledad y quiere ser nuestro compañero en las oscuras cuevas de la vida.
Aun cuando sintamos que a nadie más le importa, ¡a Él si le importa!