Ponerle límite de tiempo a las cuestiones sin resolver, mantiene el enojo bajo control.
Así que en vez de amargarnos por un agravio, lo cual es el terreno perfecto para la amargura y el resentimiento, podemos mejor pedirle a Dios que nos ayude a hablar la verdad en amor siempre.
OREMOS
Señor, ayúdame para que el enojo no me controle y así poder vivir en paz con los demás. Amén.
FRASE
Apaga el fuego del enojo antes de que se descontrole.