Para muchos, la alabanza no es la primera respuesta ante las distintas dificultades que enfrentamos en la vida. Y es que a veces el dolor de nuestras circunstancias es tan abrumador que reaccionamos con temor o enojo. Pero Dios sigue estando presente y siendo bueno.
Él nos ayudará a atravesar los momentos difíciles, mientras tanto sigue alabándole.