Después de cenar por última vez con sus discípulos, Jesús les habló de la paz y los preparó para lo que estaba por suceder. Él quería que descubrieran cómo encontrar una sensación de bienestar en medio de las dificultades. Cuando Jesús resucitó, se les apareció a sus discípulos, y les saludo diciendo, “Paz a vosotros”.
Ahora podía ayudarlos a entender como descansar en lo que Él hizo por nosotros.