Dos hombres miraron hacia afuera desde una prisión. Uno vio barro, el otro vio estrellas. En otras palabras, uno vio hacia abajo con desesperanza y el otro, hacia el cielo con esperanza. Cuando decidimos mirar al cielo, veremos la grandeza de nuestro Dios y eso reducirá el tamaño de todos nuestros problemas.
Hoy te invito, para que donde quiera que estés levantes tu mirada, pues de arriba vendrá tu bendición.