En la Biblia, la Palabra de Dios, se nos promete darnos a beber de la fuente de vida y esa fuente es Jesús.
Y es que cuando estamos en Cristo, somos nuevas criaturas, somos dueños de la verdadera vida y poseemos el sello que indica que pertenecemos al Padre que nos compró por medio del sacrificio de Jesucristo en la cruz.
OREMOS
Señor, buscaré de Ti la abundancia que solo Tú puedes darme y viviré sin padecer sed espiritual. Amén.