Dios no ha permitido las circunstancias que está viviendo hoy para destruir tu fe, sino para edificarla, pues Él desea lo mejor para usted. Tal vez no parezca de ese modo en este momento, pero así es. Por lo tanto, niéguese a dudar así como lo hizo David al enfrentar a Goliat o Moisés ante el Mar Rojo.
Dios está por revelarle su provisión, así que alégrese en el hecho de que Él nunca le fallará.