No se rinda a la desesperanza ni imagine que ya no le queda nada, pues Dios puede intervenir en cualquier instante de formas asombrosas. El Señor no le ha abandonado y todo esto ha sucedido para que Él pueda mostrarse poderoso a su favor. Sin embargo, usted no puede darse por vencido en cuanto a obedecer y hacer lo correcto, porque si lo hace, se perderá de su maravillosa provisión.
Espere en Dios y permítale ser su fortaleza y verá su liberación si persevera fielmente.