Si Dios le niega el acceso a una puerta u oportunidad en particular, no se debe a que haya fallado, sino porque no es la voluntad divina. La negativa es solo una evidencia de su protección y su plan. Por tal razón, no tema y cuente con que Dios no solo le abrirá las puertas apropiadas, sino que también le capacitará para que triunfe en todo lo que le dé para hacer.
Confié, pues le aseguro que Él no fallará.