No existe una sola razón que justifique el negarle o prestarle ayuda a alguien. Hay varias maneras de responder al que está necesitado, puedes verlo de lejos, tener un poco de curiosidad o acercarse para ayudarle. La gente está necesitada de comprensión, paz y de sentir el verdadero amor de Dios.
Así que no guardés para ti las bendiciones que Dios te ha dado y compártelas.