ISAÍAS 43:19
Cuando recibimos a Cristo, Él coloca su Espíritu Santo en nosotros, y nuestro viejo hombre queda crucificado con Él, para que nuestro cuerpo de pecado sea destruido y así ya no ser esclavos del pecado. No se trata de un viejo hombre con nuevas costumbres, sino de un nacimiento espiritual, verdadero y radical.
Por lo tanto, aceptemos las cosas nuevas que Dios hará por medio de nuestras vidas regeneradas por la fe en Cristo, y vivamos en total dependencia de su guía, consultando diariamente la Palabra del que hizo de nosotros una nueva creación.
OREMOS
Padre, borra toda mi maldad, y hazme nacer de nuevo por la fe en Cristo. Amén.
FRASE
Ya no soy quien era antes, Dios todo lo hace nuevo.