EFESIOS 2:12
Son nuestros pecados los que nos separan de Dios, y no porque Él quiera estar alejado de nosotros, sino porque Él habita en lo alto y santo. Es por eso que la sangre que Jesús derramó en aquella cruz, nos permite tener amistad con Dios, y entrar con toda libertad en el lugar más santo, directamente a su Presencia, para así gozar de una relación ininterrumpida con nuestro Señor. Nuestro pecado divide, pero Cristo, nuestro sacerdote, nos limpia y une con el Padre.
Mantengamos una amistad sincera con Dios, teniendo la plena seguridad de que podemos confiar en Él, porque ya estamos libres de toda culpa.
OREMOS
Señor, guíame a vivir en plena confianza, porque separado de ti nada puedo hacer. Amén.
FRASE
Separados de Dios, nada funciona bien.