SALMO 23:1
En este primer versículo hay dos promesas para nosotros. La primera promesa es que Dios promete ser nuestro Pastor. Nunca se han escrito palabras de tanto consuelo como estas: “El Señor, es mi Pastor”. Y como Pastor, nos guiará, cuidará, protegerá y alimentará siempre. Tan real es su promesa que dio su vida, para que pudiéramos ser libres de todo estrés, ansiedad, preocupación y hasta del temor de la muerte. Él es tu Buen Pastor, así que puedes confiar en que Él tiene siempre el control de todo y que nunca estarás solo, ya que nada lo toma por sorpresa.
¡Aférrate a tu Buen Pastor!
OREMOS
Señor, gracias por ser mi Buen Pastor y por
dar Tu vida por mí. Guíame y pastoréame
siempre. Amén.
FRASE
El Señor es tu pastor; nunca lo olvides.