ROMANOS 14:8
¡Somos del Señor! Esto es cierto no solo en virtud de haber sido creados por Dios, sino también por causa de nuestra redención, ya que Él nos formó y también nos compró en Cristo. Así que en cuerpo y alma, en vida y muerte, le pertenecemos al Señor. Cuando nuestra alma vaya a Su presencia, seguiremos siendo Suyos. Morir no cambia nada para los que hemos sido redimidos en Él, ni nos despoja de lo que tenemos en Cristo. ¡Qué visión más gloriosa de la muerte nos ofrece el evangelio!
¡Qué esperanza más preciosa es saber que seguiremos siendo del señor aun después de la muerte!
OREMOS
Señor, mi vida te pertenece a Ti, me
siento honrado de poder decir
que soy Tuyo. Amén.
FRASE
Yo y mi casa somos del Señor.