JEREMÍAS 29:11
La cruz y la resurrección no son solo eventos históricos con algún potencial. Ambos eventos logran y aseguran algo específico para la humanidad. Logran perdón de la culpa, liberan del poder del pecado, traen redención, justifican y reconcilian. Jesús fue entregado por todos nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. Su muerte y resurrección son los medios por los que Dios nos salva de la realidad innegable llamada pecado.
El problema de nuestras transgresiones encuentra una solución concreta en la sangre que derramó el Hijo de Dios en aquella cruz.
OREMOS
Padre, gracias por enviar a tu Hijo a morir
por mis pecados y darme la salvación
para una vida eterna. Amén.
FRASE
Una tumba vacía llenó mi vida.