Sin importar cuán complicado ha sido tu pasado, Jesús tomó tu lugar y pagó por cada uno de tus pecados con su propia vida. Gracias a esa hermosa acción, hoy Él te brinda una vida eterna, un nuevo día para vivirlo plenamente y otra oportunidad para comenzar.
Si aún no lo conoces, te invito a hacerlo, solamente dile, Jesús te acepto como mi Salvador, por favor entra en mi corazón.
OREMOS
Padre, perdona todos mis pecados, y gracias por tomar mi lugar en aquella cruz, te acepto como el Rey de mi vida. Amén.