HEBREOS 11:6
La fe no es solo creer que Dios existe, sino confiar en Su carácter, en Sus promesas y en Su fidelidad, aún cuando no vemos lo que esperamos. Como fruto del Espíritu, la fe no es un esfuerzo humano, sino una expresión constante de dependencia en Dios. La verdadera fe transforma cómo vivimos, cómo hablamos y cómo enfrentamos los desafíos. Este fruto en nosotros no se mide cuando todo va bien, si no cuando todo parece oscuro y aún así seguimos confiando y creyendo. El Espíritu Santo cultiva en nosotros esta fe que nos sostiene, que nos impulsa a orar, a amar, a servir, y a mantenernos firmes cuando todo lo demás se tambalea.
Aún cuando no lo veamos, Dios honra la fe, porque la fe honra a Dios.
OREMOS
Jesús, que el fruto de la fe sea evidente en mis decisiones, palabras y actitudes. Amén.
FRASE
La fe transforma la espera en esperanza.