MATEO 5:3
Jesús inicia el Sermón del Monte con una declaración que rompe toda lógica humana: los verdaderamente bendecidos son los pobres en espíritu. Esta “pobreza” no tiene nada que ver con lo material, sino con reconocer con sinceridad que estamos espiritualmente, necesitados. Es admitir que no tenemos nada que ofrecerle a Dios que no nos haya dado primero. Es decir, necesitamos de Él, todos los días, en cada área de nuestra vida
El mundo aplaude la fuerza y la independencia, pero el Reino de Dios comienza con corazones rendidos, conscientes de su vacío, y dispuestos a ser llenos por Su gracia.
OREMOS
Jesús, enséñame a caminar con humildad, sabiendo que tu Reino no se gana con méritos, sino con un corazón rendido. Amén.
FRASE
En aquel monte, Jesús dibujó el perfil del ciudadano del Reino.