2 TIMOTEO 2:13
Sabías que la fidelidad de Dios no depende de nuestras circunstancias ni de nuestra conducta. Y es que aun cuando fallamos, Él permanece firme y fiel a sus promesas. Esto no es una licencia para vivir sin compromiso, sino una verdad que nos abraza con gracia y nos impulsa a volver a Él con confianza. Sabiendo que cada promesa suya es confiable, cada palabra suya se cumple.
Por tal razón, cuando nuestras fuerzas flaqueen, cuando el camino se nubla o cuando fallamos, podemos volver al Padre, sabiendo que su fidelidad no ha cambiado, pues Él no se ha rendido con nosotros.
OREMOS
Dios, ayúdame a caminar cada día, recordando que nunca me dejarás ni te olvidarás de mí. Amén.
FRASE
Dios nunca ha fallado… y nunca fallará.