HEBREOS 11:31
Rahab no era una mujer de gran reputación, pero sí de gran fe. Ella escuchó acerca del Dios de Israel, creyó en Su poder, y actuó. No se limitó a creer internamente, sino que puso su fe en acción, protegiendo a los espías y confiando en que Dios salvaría su vida. Fue su fe activa la que la hizo parte del plan de redención y la incluyó en la genealogía de Jesús. La fe que agrada a Dios se refleja en decisiones, pasos de obediencia y actos de valentía.
Cuando actuamos por fe, Dios honra esa confianza, así que hoy no solo digas que crees, vívelo.
OREMOS
Señor, enséñame a tener una fe que se mueva, que actúa y que confía en Ti incluso en medio de las incertidumbres. Amén.
FRASE
La fe que agrada a Dios: actúa, confía y obedece.