SANTIAGO 4:1-3
Muchas veces oramos y no recibimos respuesta, quizás porque estamos orando equivocadamente. Y es que cuando oramos guardando en nuestro corazón sentimientos que no agradan al Señor como la codicia, la envidia, la venganza, la ira, la mentira y muchas otras cosas, Dios no escucha. El pecado es la primera causa que hace que Dios cierre sus oídos a nuestras peticiones, pero siempre está dispuesto para los que le buscan de corazón.
Así que recuerda que la oración que Él promete contestar es solo la que se hace con un buen espíritu, con un corazón limpio, lleno de amor y de perdón.
OREMOS
Padre, no quiero que el pecado me separe de ti, por favor, límpiame y perdóname. Amén.
FRASE
No te rindas al pecado, ríndete a Dios.