JUAN 3:28-30
Nuestro ego, nuestro yo, siempre quiere tomar el control de nuestra vida. Pero esto no debería ser así, ya que cuando recibimos a Cristo recibimos nuestra verdadera identidad y una nueva naturaleza, la cual debe definir nuestro día a día. Lo que somos en Cristo debe gobernar nuestra mente, debe limpiar nuestros pensamientos y dirigir nuestros actos.
Así como la semilla de mostaza, nuestra fe debe crecer y dar fruto, en la medida que Cristo tome el control y nuestro yo mengüé, creciendo hasta llegar a ser aquel frondoso árbol, un árbol que lleva mucho fruto.
OREMOS
Padre, que cada día sea menos yo, para que seas más Tú en mí, y así llevar mucho fruto. Amén.
FRASE
Más de Ti, menos de mí.