1 JUAN 1:9
La sangre que nos salvó en la cruz, es la misma sangre que nos limpia de culpa y contaminación día tras día. Su preciosa sangre todavía es abundante, eficaz y suficiente para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad. Así que corramos a esa misma fuente, donde la sangre sigue fluyendo, porque allí seremos perdonados y purificados de todo pecado.
Recuerda que la sangre de Cristo nos libra y nos santifica, pues esa bendita sangre es perdón y purificación hasta el día de hoy.
OREMOS
Señor, gracias por derramar tu sangre
por mí, y por purificarme y limpiarme
de toda mi maldad. Amén.
FRASE
La sangre de Cristo tiene poder.