Es fácil decepcionarnos cuando nuestros proyectos fracasan, y nos desalentamos rápidamente cuando las cosas no salen como nosotros queremos. Pero sabes, no puedes olvidar que nada ocurre sin la voluntad perfecta de Dios, y aun las cosas más difíciles de aceptar son parte de un plan mayor que Él ha establecido para nuestra vida.
Créeme, nada se ha salido de las manos del Señor y Él sigue en control de todo.
OREMOS
Señor, gracias porque tus planes siempre serán mejores que los míos. Amén.