¿Cuántas veces hemos sido engañados por hacer caso a nuestros ojos? Muchas veces nos dejamos llevar por lo que vemos y si seguimos viendo el problema y las circunstancias, nunca podremos ver el poder de Dios obrando en nuestra vida.
Cada vez que te desanimes o pierdas la esperanza, levanta tus ojos y fija tu mirada en Jesús y no dejes que nada te haga dudar de Su poder.
OREMOS
Señor, hoy decido poner mi mirada en Ti y no en los problemas que me rodean. Amén.