Tal como Satanás logró engañar a Eva fomentado su orgullo, así mismos puede seducirle a usted con la promesa de tener placer sin castigo, y de atender sus necesidades sin buscar la provisión de Dios. Pero cuidado, no caiga en su trampa, pues usted nunca sabrá más que su Padre celestial.
Hoy le invito para que acuda a Él más a menudo, y para que se asegure de estar en el centro de su perfecta voluntad.