Ser valiente no es pelear con quien se te ponga al frente, tampoco es hacer lo que otros te animan a hacer, y menos cuando eso es incorrecto delante de los ojos de Dios. La valentía de la que habla Dios, no tiene que ver con una fuerza física, sino más bien con una decisión de ser fiel a Él en todo momento.
En pocas palabras, hay que ser valientes para obedecer a Dios siempre.
OREMOS
Padre, dame la fuerza para vivir con valentía y así obedecer tu Palabra siempre. Amén.