¡Qué bueno es saber que Dios responde con amor a los anhelos de nuestro corazón! Su amor no se basa en nuestros méritos, sino en su bondad y fidelidad.
Cuando el mundo es indiferente o cruel, recuerda que puedes descansar en el amor que no tiene fin, el gran amor de Dios.
OREMOS
Señor, gracias por el amor demostrado en aquella cruz. Amén.