En todos los evangelios vemos a Jesús sanando, restaurando y liberando a las personas de la esclavitud. Lloró cuando sus amigos estaban afligidos, se rio con ellos en sus alegrías, y perdonó todos sus pecados para que pudieran disfrutar de la vida eterna. Así es el carácter de Dios, santo, bondadoso, poderoso y amante.
Por tal razón, acérquese y disfrute de quien es Él en realidad.